NO LO VUELVO HACER
Los viernes eran especiales en el Melitón Carvajal, ya alumnos del 5to de media, todos teníamos algo que hacer a la salida de los viernes, unos se preparaban para encontrarse con la enamorada, otros para salir a jugar pelota, otros a buscar pelea a los del Alfonso Ugarte, y otros a hacer algunas cosillas raras.
Montes era el más enano de todos, pero su pequeña figura se contradecía con su carácter, era pleitista, no podía con su genio, era capaz de enfrentarse con los más grandes del salón, siempre salía con la misma amenaza_ ¡“tranquilo que soy de renovación”!, a lo mejor el barrio más temido de Lima.
Todos sabíamos que el chato Montes estaba en negocios turbios, pasaba el recreo en el baño y en las salidas lo esperaba gente extraña. Un buen día “el cholo” Moreno, le dijo en forma de broma, “enano, deja de hacer huevadas que cualquier día te dan tu chiquita y nadie te va a defender”.
Montes siempre salía con nosotros a la salida del viernes al vicio del fulbito de mesa en una quinta olvidada de lince, era nuestro “escondite secreto” podíamos pasar horas jugando. Pero en los últimos viernes el chato nos dejaba para irse con uno tipos que siempre lo esperaban.
Un buen día el chato dejo de ir al colegio. A la salida los tipos que siempre lo esperaban estaban ahí. Solo nos miraban, al 4to día uno de ellos se nos acercó, _“Oye, han visto al chato?” _ “No!”, le contestamos, _“ debe estar enfermo porque no ha venido toda esta semana”. Los tipos se miraron y nosotros seguimos nuestro camino. _ ¿Que habrá hecho este enano de porquería? .Nos preguntábamos.
Era viernes, y el tema de conversación no era a donde ir a la salida, sino, donde estará el chato montes?, estará vivo?. De pronto apareció su diminuta figura por la puerta, asustado, sus ojos saltones miraban por todos lados. Quedamos en silencio por un par de segundos, hasta que Fernández soltó la frase: “Oye, caricatura del padrino, donde has estado!. Hay tres negros que te están buscando con lupa!”.
Montes se puso nervioso, no respondió, se sentó y todos lo rodeamos, que has hecho enano!!.. Montes no quería hablar, solo movía la cabeza como diciendo, no pasa nada. Recibió su apanado de cajón y las clases siguieron normal, salvo que montes estaba raro, no le buscaba pelea a nadie, es más, estaba mudo.
Se acercaba la hora de la salida y Montes no dejaba de mirar por la ventana, después alguien escucho que dijo, “mejor ya no miro”, de pronto el chino Barturén gritó, _”enano, ahí están tus tres maridos”!.
Montes empezó a temblar, todo su cuerpo temblaba, nos asustamos, pensábamos que no era para tanto, nos acercamos y recién el chato hablo. _”Pucha he metido la pata”, Su voz estaba temblorosa y se agarraba la cabeza constantemente. _”Les he vendido aspirina molida por pasta, y ahora me están buscando para que les devuelva su plata, pero ya me la he gastado, me van a matar!.
_Ya te jodiste enano, ahora que vas hacer. Tienes que dar la cara, no te queda otra”. Dijo moreno. Entonces Montes me miro asustado y casi llorando _ “Manquito, ayúdame a salir por la puerta del estadio, tu eres amigo del colorao, (el portero) el te va hacer caso. Moreno dijo, _” buen plan! Nosotros salimos por la puerta principal y si nos preguntan por ti, decimos, no ha venido, y los distraemos, nos encontramos en el parque Pedro Ruiz Gallo”. Y así quedamos, tenias un plan de fuga.
Sonó el timbre de salida y con el chato Montes salimos corriendo hacia el estadio, no podíamos entrar. Tuvimos que esperar al primer salón del turno tarde para que abran la puerta y poder entrar con ellos como si fuéramos a hacer educación física, Perdimos mucho tiempo. Nos metimos como sea, cruzamos el gran campo rumbo a la puerta de salida. El Colorao estaba ahí, con cara de “al que salga lo reviento”. Le hablé, le dije que me querían pegar los del Alfonso Ugarte y que nos deje salir por ahí. El colorao, me dijo, “huyyy manquito, déjame ver si no están los del Alfonso Ugarte para que salgas tranquilo”.
El colorao miro y nos dijo, “no hay nadie del Alfonso Ugarte, pero tengan cuidado que hay un zambo grandote con cara de choro”. Montes se puso pálido, saque la cabeza y ahí estaba el tipo, uno de ellos, cuando volteé a mirar al chato, ya no estaba, había corrido de regreso a los salones. Agarre mi mochila, me despedí del colorao y salí por la puerta del estadio que da a la avenida Iquitos. Cuando llegué al parque Pedro Ruiz Gallo, estaban todos, y cuando me vieron sin el chato se asustaron.
_ Que paso? . No lo sé, respondí. No sé cómo pero sabían que íbamos a salir por la puerta del estadio. Había uno parado. Del chato no sé nada, se metió de nuevo al cole”. Entonces todos se fueron encima de Fernández_ “Vez, por tu culpa”!! y le metían lapos en la cabeza._ “Que paso?” pregunte. “La rata en vez de decirle que el chato no había venido, les dijo, si está, pero se va a demorar porque se esta poniendo al día”!. Y entre todos le metíamos mas lapos!!. Toma maldito!!. Fijo que sospecharon!! Y más duro le dábamos. Y mientras todos estábamos haciéndole callejón oscuro a la rata, escuchamos la voz de Montes, Llegue!! Llegue!!.
Era el chato Montes, con una sonrisa de oreja a oreja,_ “ Salí por la puerta de primaria, con los chibolos de 6to grado!. Ni me vieron, solo corrí y corrí, hasta acá!. Nos quedamos fríos, no sabíamos si reír o apanarlo. “Buena enano!!! Nos olvidamos del apanado a la rata y nos fuimos sobre Montes, lo abrazamos y otros le metíamos lapos. Entonces la vocecita de Montes se dejo escuchar_ “ya nunca más”. Lo agarre del cuello y apunte su cabeza hacia la cruz de la iglesia del parque Pedro Ruiz Gallo, júralo enano. Y Montes mirando la cruz dijo _“Por Dios, no lo vuelvo hacer”.
Lo volvimos a agarrar a lapos y nos fuimos corriendo a nuestro escondite, el fulbito de mesa.